LOS CLÁSICOS INNOVADORES

Crear un blog es fácil. Perdido el miedo el miedo inicial, cuando uno por fin se atreve a "cacharrear", realmente lo es.
Tener un blog también es útil. Todos tenemos material que nos gusta hacer llegar a nuestros alumnos, pero que no siempre compartimos con ellos por falta de tiempo, por no malgastar fotocopias, o por simple pereza.  Los profesores estamos cansados de que nuestros alumnos se limiten a buscar información en la página que mejor conocen, la primera que aparece en los buscadores, pero a menudo no les facilitamos el acceso a la información que realmente valoramos. ¿Acaso existe una manera más cómoda que esta para hacer ambas cosas?
Pero además, tener convertirse en blogero es esperanzador. Sí. A la hora de la verdad, una, que se cree moderna y que siempre ha tenido una lista de enlaces a los que recurre habitualmente o con los que se topa casualmente por la web, descubre de repente, que su lista es un archivo caótico e incompleto, que de poco o nada le sirve cuando de veras busca algo. Pero el abatimiento que tal descubrimiento produce, pronto se torna en alegría al hacer un auténtico hallazgo: hay todo un mundo de profesores, incluso en las disciplinas más amenazadas, que, en un alarde de generosidad, publican en la red y comparten así sus conocimientos y experiencias docentes con nosotros, con todos nosotros. En mi caso, el gran hallazgo ha sido descubrir que existe una blogosfera clásica. Es increiblemente satisfactorio despertar en un planeta de blogs, en una realidad que se creía utópica; ver el sinnúmero de clasicistas que han conseguido convinar a la perfección pasado y futuro; y descubrir que no estamos solos en esto.