Griego I - 1ºbach

En algún momento de los últimos cinco meses alguien me cambió a mis alumnos de 1ºbach por unos infinitamente mejores. Los que conocí el primer día me miraban como si me acabaran de ver salir de una nave espacial. Los primeros días, por más que yo intentaba hacer reir a esos chicos, no había manera de arrancarles una sonrisa. "Un público difícil" pensé yo. Creía que me iba a aburrir con ellos... y para mí eso era un tormento.
Ninguno de esos chicos estaba convencido de que quisiera aprender griego. La mayoría habían llegado a mi clase huyendo de otras asignaturas, considerando que el griego era el mal menor, la más fácil de las opciones de Bachillerato.
Algunos de esos chicos se rindieron pronto y se retiraron. Otros también se rindieron, pero aun no se han retirado oficialmente. Quedaron unos pocos que conforme avanzaba el curso, estaban más abiertos a aprender declinaciones y verbitos. Poco a poco, iban cogiéndome el punto, que no es poco, y, aunque quejándose, me seguían el ritmo (que tampoco es poco). Pero resulta que alguien me los cambió y la clase se volvió un circo. Entre risas, olvidos, payasadas, positivos y los malditos cambios fonéticos vamos avanzando.
Por favor, que estos no me los quiten, que aunque algunos de ellos sean los alumnos más vagos del mundo, son tan listos y divertidos que no se puede pedir más (bueno, sí, que me hagan los deberes algún día)